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EL EXPERTO |
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MOMENTOS DE REFLEXION SELECCIÓN ESPAÑOLA DE BALONMANO - Enero 2009
Después de analizar el impacto emocional que vivimos el jueves en los medios, en los foros, en círculos cercanos y conversaciones con otros entrenadores y jugadores, sobre la debacle del equipo español en el Mundial, las palabras ridículo, humillación, fracaso, etc., se repiten. ¿Y ahora qué va a pasar? Es lo que muchos se preguntan. Vamos a refrescar un poco la memoria de todos. El año 2000 fue clave; bronce Olímpico en Sidney tras los dos mejores equipos de nuestra época, Suecia y Rusia, el Barça de Valero gana todos los títulos de la temporada, y las competiciones europeas a nivel de clubes tienen un claro dominio español. A partir de ahí nos vamos retirando jugadores, cambian entrenadores y otros llegan en nuestro lugar. El Europeo de 2002 no fue un buen campeonato y también decepcionamos a todos. Jugadores como Íker Romero y Alberto Entrerríos vivieron su primera experiencia negativa, que continuó con dudas y sin éxitos hasta los Juegos de Atenas 2004, donde una generación completa acabó (Duishebaev, Carlos Ortega, Masip, et.). Sin embargo seguían los Íker, Entrerríos, Juanín y aparecían otros jugadores que hasta ese momento no habían tenido su protagonismo, coo ahora les sucede a los Andreu, Ruesga o Cañellas, entre otros. Esa etapa de decepciones fue un precio alto que se tuvo que pagar y, sin embargo, en 2005 fuimos campeones del Mundo. Cambios en la selección, otro entrenador, nuevos jugadores, pero la base del equipo nacional estaba forjada con el dolor de anteriores experiencias. Ahora, hay que reflexionar sobre cómo se han producido los acontecimientos en este Mundial. Está claro que no ha funcionado y ninguno esperábamos este desastre, pero también avisábamos que existía un alto riesgo. Es momento de tomar decisiones claras, pero no permitamos que se aproveche esta situación para cuestionar el potencial de nuestro deporte.
Publicado en el diario Marca, 24 Enero 2009
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