LECTURES CURTES // LECTURAS CORTAS

 

MARADONA, SELECCIONADOR
Novembre 2008

Después de presentarnos la opinión benévola Dagoberto Escorcia,
Ruben Gasquez nos aporta su réplica valiente y atractiva.


Dagoberto Escorcia,
La Vanguardia

“Estoy del lado de los que quieren ver al último crack del fútbol mundial en un banquillo caliente, dirigiendo a una selección poderosa”.

“No estoy de acuerdo con los que votan en contra de que la selección Argentina la dirija Diego Armando Maradona. Estoy del lado de los que quieren ver al último crack del fútbol mundial en un banquillo caliente, dirigiendo a una selección poderosa, mandando en un equipo constantemente presionado, capitaneando a algo más que un grupo de futbolistas, administrando un club exigido de triunfos y títulos. Me encanta la idea para la que el propio Diego se ha postulado. Él quiere ser el seleccionador de Argentina; él, que nunca ha entrenado a club grande en el mundo, quiere conducir los destinos de la selección de sus amores; él, que nunca ha escondido una vida loca, pretende ser el entrenador ideal; él, que la palabra disciplina debe sonarle a aspirina, pretende ser el remedio; él, que nunca ha tenido método ni táctica, sino que siempre ha exprimido su inmenso talento y se ha valido de sus regates, de sus disparos y de su habilidad con el balón, sueña con un reto superior.

Me encanta la idea de ver a Maradona en un banquillo grande explicando quién sabe qué a Leo Messi o tratando de decirle a su yerno Kun Agüero como se mete un gol, o a Tévez intentando enseñarle cómo puede atracar a un defensa. Me gusta que Maradona, dios del fútbol - el último que se ha visto en este planeta- esté dispuesto a agarrar semejante clavo ardiendo pero, al mismo tiempo, gustoso bombón. Me llama la atención saber si cuando suba al autocar con los jugadores encenderá un puro, de esos habanos que compra en la isla de su amigo Fidel, e impregnará de humo todo el habitáculo. Oh, cómo me gustaría ver a Maradona en el vestuario dando las últimas explicaciones, o las primeras instrucciones a sus jugadores. ¿Qué les dirá? Jaume Roures, que está demostrando que es el que más sabe en esto de la televisión, tendría que pagar para ofrecernos en exclusiva esas imágenes de Maradona dando lecciones de disciplina, de táctica, de juego ofensivo. Impagable debe ser asistir a esas conferencias de prensa. Quisiera vivir esas noches de concentración en los hoteles, mirando a ver si Diego es quien da el primer ejemplo y se acuesta antes que los jugadores, si llama a las habitaciones a ver si se ha escapado algún futbolista, o si al que controla más es a su yerno. ¿Cómo será su relación con los árbitros, él que fue apartado del fútbol por los directivos de la FIFA? Maradona, que lo ha sido todo en el fútbol, ha descubierto que todavía le falta algo por cubrir, una tarea que le hace soñar, que le ilusiona y que, además, le divertiría. Todavía tiene un desafío en su vida: ser seleccionador argentino y, además, ser campeón del mundo desde el banquillo. Es inevitable pensar que Maradona, que no tiene un pelo de tonto, es consciente de que en este momento Argentina posee uno de los planteles de futbolistas más poderosos. Con Messi y Agüero, y Tévez y Mascherano, seguramente es fácil llegar lejos. Y no me digan que no tiene experiencia. La tiene toda. Es una cuestión de apuestas, de correr riesgos, y es posible que, incluso, este cargo pueda ayudar a Diego a superar sus desequilibrios. Claro que el gran riesgo es que si pierde, si no gana, el dios Maradona se derrumbará para todos los argentinos.

Pero, si fuera Grondona, complacería al futbolista más grande que ha visto ese país. Siempre he creído que las leyendas tienen derecho a tener el placer de una vez en su vida disfrutar de un cargo como éste. Me habría gustado que Andrés Gimeno hubiera tenido algún día la oportunidad de ser capitán del equipo español de Copa Davis, de la misma forma que me habría encantado ver a Cruyff al frente de su país. Maradona, aún con sus salidas de tono, merece dirigir a Argentina aunque sólo sean dos partidos. El espectáculo estaría garantizado”.

 

La Réplica de Ruben Gasquez 

Maradona no es el mejor ejemplo como modelo educativo por toda su trayectoria, no profesional, sino personal por todos los problemas que ha tenido con las drogas, el alcohol, ...

Como deportista tuvo un talento increíble y aporto mucho al deporte mundial pero ahora son otros tiempos y tendría que dejar que otra persona más “profesional”  se hiciera cargo de un puesto tan importante como entrenador de la selección Argentina de fútbol. Hay gente con más disciplina y con valores muchos más importantes que los que pueda aportar  Maradona, aunque tenga unos conocimientos excelentes sobre su deporte.

Creo que ser entrenador es mucho más que conocer un deporte, hay que tener una disciplina de trabajo ejemplar, unas normas imprescindibles para llevar a un grupo y como agravio comparativo, sería feo exigir lo que tu nunca has cumplido, que aunque rectificar es de sabios, puede causar malos entendidos .

Como jugador fue un triunfador, pero como entrenador todavía no ha conseguido nada. Lo que no se puede olvidar es que hasta el mundial le espera una fácil clasificación y, tal y como es esto del fútbol profesional, si Argentina gana un par de partidos seguidos (que con el talento que tienen sus jugadores, sería lo lógico), Maradona será uno de los mejores entrenadores del momento.

Hay gente que no le dará credibilidad a sus técnicas de entrenamiento, y gente que sí, y quien se preguntará si será un entrenador justo y sabrá castigar a sus jugadores cuando no tengan disciplina. Por ejemplo, ¿amonestará a un jugador que es pillado “de fiesta” en una víspera de un partido o hará la vista gorda ya que él en su momento también lo hizo? Estas y muchas más preguntas son las que cuestionaran críticos, seguidores, .... La verdad es que por su trayectoria no tiene ninguna credibilidad ya que no creo que esté capacitado para dirigir correctamente a  jugadores jóvenes, caprichosos y con dinero.

También el morbo de ver como uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos dirige a “su” selección en un Mundial es un plato muy apetitoso para una afición que quiere volver a recuperar a su “Dios”.

Tanto la Selección como el Gobierno argentino no pasan por el mejor momento después de las supuestas acusaciones delictivas hacia los dirigentes, por lo que puede ser una campaña de marketing, ya que en momentos de crisis hay que dar golpes de efecto para distraer a las masas.

Rubén Gasquez

Noviembre, 2008

 

 

 


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